Presentación del MPGF

Bienvenidos al espacio donde un grupo ecuménico de jóvenes de espíritu comparten su Amor y Amistad, sus sueños y esfuerzos por instaurar el Reino de Cristo en la Tierra.
También comparten sus ganas de vivir con Fe; Esperanza y Caridad transitando el camino de santidad del Bienaventurado Pier Giorgio Frassati.
Verso L’alto es el grito de aliento y de victoria que repetimos constantemente, en homenaje al lema en italiano acuñado por el Benemérito Pier Giorgio. Significa “hacia lo alto” y se desprende de una de sus muchas cartas en las que repetía estas palabras, que sintetizan su sentir; su pensar y toda su vida, pues la misma se caracterizó por una virtud en permanente ascenso.
Orientó su existencia hacia lo divino, hacia lo más alto: su Rey; Maestro; Hermano y Amigo: Jesucristo. A Él, a nuestro único Señor, Alabamos y Vivamos jubilosos con el vibrante sapukai (grito en idioma guaraní) misionero.
En el M. P. G. F. nos unimos y seguimos sumando personas de buena voluntad, a fin de seguir el ejemplo del Beato de Turín y continuar su labor apostólica, animando las comunidades; evangelizando los ambientes y convirtiendo los corazones a Jesús, a partir del testimonio de vida personal.
En este mundo, cada vez más convulsionado y descomprometido, nos animamos a anunciar a Cristo Resucitado, impulsados por el Espíritu Santo y confiados de contar con la Misericordia y Providencia Divina del Padre Celestial.
Es posible vivir con dignidad y honorabilidad nuestro noble credo.
¡Hagamos la diferencia!
La Santísima Virgen María nos acompaña junto a los miles de amigos celestiales que velan nuestro caminar.
¡Adelante!
Estamos convencidos y decididos a luchar incasablemente por la Liberación Integral de la Humanidad, proclamando con alegría y coraje la Buena Nueva de la Salvación.
¡Sumate!.

domingo, 2 de marzo de 2008

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús

La devoción ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue el propio Jesús quien, en el siglo XVII, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón. En la primera de las apariciones a Santa Margarita María de Alacoque, novicia de la Visitación, el 27 de diciembre de 1673, Jesús le comunica: «Mi Corazón divino está tan apasionado de amor por los hombres, y por ti en particular, que al no poder contener en sí las llamas de su ardiente caridad, hay que transmitirlas con todos los medios». En otra ocasión le dijo: “Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradoramente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio”. El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor a Santa Margarita y le mostró su Corazón que estaba rodeado de llamas de amor, Coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su Corazón, salía una Cruz.Nuestro Señor mismo nos dice que la devoción está dirigida a su persona y a su Amor no corres-pondido, representado por su Corazón. Dos son los actos esenciales de esta devoción: Amor y Reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama, Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía. San Claudio de la Colombiere, sacerdote jesuita, fue el primero en creer en las revelaciones místicas del Sagrado Corazón recibidas por Sta. Margarita en el convento de Paray le Monial, Francia. Gracias a su apoyo la superiora de Margarita llegó también a creer y la devoción al Sagrado Corazón comenzó a propagarse. San Claudio no solo creyó sino que en adelante dedicó su vida a propagar la devoción siempre unido espiritualmente a Sta. Margarita en cuyo discernimiento confiaba plenamente. Sacerdote santo y sabio que supo discernir muy bien la auténtica intervención divina en el alma de Sta. Margarita a pesar que hasta entonces todos los teólogos y las religiosas la despreciaban y hasta algunos la tenían por posesa. Promesas de Nuestro Señor a los que vivan la devoción a Su Sagrado Corazón

A partir de la primera revelación, Santa Margarita María Alacoque sufriría todos los primeros viernes de mes, hasta su muerte, la experiencia mística de la llaga del costado de Jesús. Estos eran los momentos particularmente elegidos por el Señor para manifestarle lo que quería de ella y para descubrirle los secretos de su amable Corazón.
Las promesas de Jesús dada por medio de Santa Margarita a los que practicaran y propagaran dicha devoción incluye la promesa a quienes comulguen 9 primeros viernes de mes.
El motivo principal de la devoción debe ser el amor a Jesús y no solo las promesas ligadas a ella. Sin embargo si el mismo Jesús quiso darnos un aliciente con sus promesas, podemos legítima y provechosamente apoyarnos también en ellas para fortalecer nuestra débil voluntad para todo lo que es el servicio de Dios.
Las Promesas

1) Les daré todas las gracias necesarias en su estado de vida.
2) Estableceré la paz en sus hogares.
3) Los consolaré en todas sus aflicciones.
4) Seré su refugio en su vida y sobre todo en la muerte.
5) Bendeciré grandemente todas sus empresas.
6) Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
7) Las almas tibias crecerán en fervor.
8) Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección.
9) Bendeciré el hogar o sitio donde esté expuesto Mi Corazón y sea honrado.
10) Daré a los sacerdotes el don de tocar a los corazones más empedernidos.
11) Los que propaguen esta devoción, tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y de El, nunca serán borrados.
12) Nueve primeros viernes: Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso le concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán, en desgracia ni sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.
Propósito de la devoción: Reparación al Corazón de Jesús.

Para ganar esta gracia debemos:
1-Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos.
2-Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3-Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
4-Oración: "Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío."
Oración Consagratoria al Sagrado Corazón de Jesús

Jesús, mi Dios y mi Salvador, que en tu caridad infinita te has hecho mi hermano y has muerto por mi en la cruz; tú que te entregaste a mí en la Eucaristía y me has mostrado tu corazón para asegurarme tu amor; dirige hacia mí en este momento tus ojos misericordiosos, y envuélveme en el fuego de tu caridad.
Creo en tu amor por mi, y pongo en ti toda mi esperanza. Soy consciente de mi infidelidad y de mis culpas, y te pido humildemente perdón.
Te entrego y consagro todo mi ser y todo lo que me pertenece, para que, cosa doblemente tuya, tú dispongas de mí como mejor te parezca para la mayor gloria de Dios.
Por mi parte te prometo que aceptaré de buen grado todas tus disposiciones y ajustaré cada acto mío a tu voluntad.
Corazón Divino de Jesús, vive y reina soberano en mí y en todos los corazones, en el tiempo y en la eternidad. Amén.

Oración para meditar después de Comulgar:
ALMA DE CRISTO


Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.
Nuevo emblema de Salvación

Debido al cisma de los protestantes (siglo XVI) y a los jansenistas (siglo XVII), varias naciones cristianas hicieron que desapareciera la Cruz o que esta perdiera su prestigio. Los jansenistas desfiguraron la cruz haciéndola odiosa y presentando al crucificado con los brazos elevados hacia el cielo y juntos, como diciendo a los hombres: “no he muerto por todos”, en vez de representarlos extendidos como en realidad es, demostrando al mundo que ha sido para todos su Redención. Ante estos errores y otros muchos, Nuestro Señor con el fin de frenarlos y combatirlos, da a conocer su Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque, como Nueva Señal de Salvación y así, como había reinado casi catorce siglos por la Cruz, quería en adelante reinar por su Corazón y la Cruz simultáneamente. Por medio de esta humilde salesa, Dios hace saber que desea ser honrado a través de su Corazón por las personas particulares, familias, naciones y la Iglesia entera. Pero, al respecto, no todos se equivocan entre nuestros hermanos de iglesias protestantes, también hay quienes profesan devoción al Corazón de Jesús. Por ejemplo Juan Wesley, fundador de los Metodistas, en 1819 re-imprimió un libro sobre el Sagrado Corazón. Wesley además profesaba amor a la Virgen María. Pide Jesús para esta Nueva Señal, homenajes semejantes a aquellos que siglos precedentes habían tributado a la Cruz, además anunció que por medio de su Corazón, veríase renovarse en los últimos tiempos las mismas maravillas que dieron lugar por medio de la Cruz, a favor de las almas y de su salvación. En ese sentido, los militantes del Movimiento Pier Giorgio Frassati profesamos especial Devoción al Sagrado Corazón de Jesús y lo alabamos con júbilo...

Santa Margarita María Alacoque (www.aciprensa.com)

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